Glasgow, año IV

Ayer asegurábamos plaza en la Europa League, una competición que, con su antiguo nombre, nos lo ha dado todo.

El pasado día diez se conmemoraba el quinto aniversario de la primera Copa de la UEFA conquistada en Eindhoven. En el día de hoy,  conmemoramos el cuarto aniversario de la segunda de esas copas que llegaron, Glasgow 2007.

Era una final, distinto a lo de ayer, pero siempre, siempre, con el mismo sufrimiento.

Puedo imaginar y recordar las caras de los desplazados a Glasgow y de los del auditorio, todas las caras serían las mismas.

Esa copa fue "la copa de Palop", por su gol de cabeza en Ucrania, y por la tanda de penaltis que nos regaló con sus tres penaltis parados, unos penaltis a los que se llegaría tras sendos empates (a uno en el partido y a dos en la prórroga), todavía recuerdo nuestras caras tras el gol de Jonatas, que al verle la cara nada más salir al campo la verdad es que parecía que no sabía donde estaba, pero coló un gran gol en una de las mejores y más disputadas finales que he visto y he vivido, tanto por mi sentimiento Sevillista como en general.

No podía faltar el momento del niño de Nervión, ese que nos abrió las puertas del cielo con su gol en nuestra casa ante el Schalke, un gol que como bien se dice, fue el que nos cambió la vida desde entonces. Pues bien, Antonio Puerta también tuvo su momento en la tanda de penaltis y marcó, no podía fallarnos él.

Pues bien, Sevillistas, cuatro años hace hoy de eso, y yo cada vez que escucho eso de "Sevilla FC, dos UEFA consecutivas..." , no me lo creo, pero no, no es un sueño, es una realidad, y, el año que viene, tras un nuevo ciclo por comenzar, vamos a ir a por nuestra tercera UEFA y primera Europa League, que no le quepa duda a nadie, aunque, amigos, como digo yo siempre, antes de estos títulos no hubo casi nada, así que siempre me quedaré con el título más importante que uno puede tener, el título de ser Sevillista.

¡Te quiero, Glasgow!, ¡Te quiero, Sevilla FC!