Que los de verde lo hagan bien

Hoy alguien juega un partido que supone más de tres puntos y más que un dolor de cabeza aún ganándolo, que lo va a ganar.

Hoy ese partido tiene unos contendientes que pondrán, cada uno a su manera, todo de su parte para que la cosa funcione como ambos quieren.

En un equipo se encuentra alguien que lleva luchando su tiempo contra algo que parece de otra liga, los dolores de espalda. En otro equipo están ellos...

El otro equipo son ellos, los que estarán más pendientes de ti en estos momentos, como tú familia, como tus amigos, que lo han estado siempre. Ellos, que durante horas y nunca mejor dicho, serán los que te cubran las espaldas mientras algo te haga daño en esa zona. Ellos a los que tantas veces has acudido por mi en tantas ocasiones que he tenido que pasar por quirófano y a los que tantas guerras le montaba de chico y no tan chico al tenerle miedo a las agujas, un miedo que si para mí era como tal, para vosotros, mis padres, en algunas ocasiones era vergüenza, lo se.

Siempre lo he dicho, nunca me han gustado los de verde, por unas cosas y por otras, y tú bien lo sabes, mamá. Se que a ti tampoco te gustan, pero, esta vez, con su ayuda y tu fuerza, vamos a conseguir que todo salga bien y crear un reparto justo de puntos en esta competición....

Ellos te ponen a ti los puntos que hagan falta, y a ti se te quita este calvario de tantos dolores. Por eso, hoy más que nunca (y espero que a los que hayan leido esto no les haya dado un desmayo por relacionar el verde y el bien creyéndose, tal vez, que podría significar otra cosa), deseo que ese verde sea la luz al final del túnel, esa esperanza que dicen que transmite ese color....

Por eso hoy, más que nunca, estoy con ellos, estoy contigo...

Que los de verde lo hagan bien.