¡Tú si que lo eras!

Decía alguien en su dedicatoria en mi libro de comunión "Para Manu, un Sevillista ejemplar y de primera", pues bien, no se si será verdad lo que decía, pero yo os puedo contar que ese alguien había plasmado en una parte de mi libro el pensamiento que yo tenía de dicha persona.

Era un Sevillista de los jartibles, se pasaba todo el día escuchando SFC RADIO y viendo SFC Televisión (ésta última a todo volumen), yo decía que si Jesús Alvarado y los demás colaboradores de los medios midiesen personalmente las audiencias en su casa, le darían hasta un premio (fijaos como era que guardo la anécdota de un día en el que jugábamos un primo mío y yo al fifa un Sevilla-Barça, y el se sentaba a verlo como si fuera un partido de verdad, y eran las 12 de la mañana, incluso cuando marqué yo con el Sevilla decía "no me gusta, no suena Alvarado, cambia de cadena". ja,ja,ja,ja).

Era un Sevillista de corazón más que de palabra, porque, sinceramente, hablar lo que se dice hablar, hablaba poco, pero veías su rostro al leer el Estadio Deportivo que siempre se compraba y, antes de tú saber de que iba la noticia podías adivinar casi a ciencia cierta si era una de las muchas falacias o mentiras que estos suelen publicar, o si por el contrario tenía visos de ser real.

A este Sevillista le estaré eternamente agradecido. Vereis, yo de chico iba veces sueltas al estadio, pero, fue antes de mi comunión cuando esta persona le propuso a mi padre regalarme el carnet, ¡que regalo más grande!, ¡que alegría!. Desde los nueve años puedo disfrutar cada quince días de un domingo de fútbol en mi casa, con mi gente, con mi equipo, y todo gracias a él.

El primer partido que puede disfrutar como socio fue el del último ascenso contra el Tenerife, fijaos que partido, fijaos que emociones podía vivir el Sevillismo, incluso un niño de tan solo nueve añitos. Desde entonces han sido casi todas las temporadas mágicas, entre clasificaciones para Europa (bestial ese Sevilla-Osasuna), los derbis de siempre, incluso, gracias a tener ese carnet he podido disfrutar de títulos y de la máxima competición Europea, la Champions League.

También tengo que agradecerle, fuera del fútbol, la labor que hizo en los principios de la Hermandad de Santa Marta, de la cual soy hermano y donde he podido disfrutar este año de mi primera estación de penitencia.

Se le quedó una espina clavada, en el último partido que vio en Nervión ( El Sevilla-Barça del año pasado) y con la cercanía a la final de Copa, me dijo textualmente (y ya sabiendo yo que no estaba bien): "Manu, el día 19 estamos tú y yo en Barcelona". Yo no podía ir porque me enfrentaba un mes después a las pruebas de selectividad, unas pruebas que, pese a salir bien y estar donde quiero estar, ahora parecen como una espina para mi, porque me hubiera gustado que supiera que entré en periodismo, y que incluso me hice este blog desde el que os escribo, y también que hablé en varias ocasiones para su SFC RADIO, incluso participando aisduamente (ahora menos) en un programa de Neo Radio...en fin, espero que lo estés viendo desde donde te encuentres, me imagino que estarás como todos nosotros, sufriendo con nuestro Sevilla, sufriendo con el "capullo de Bailén", como una vez me comentaste que le llamaban.

Antonio Barragán, abuelo, este año que llevas en el tercer anillo y los que hemos podido disfrutar juntos me han hecho llegar a la conclusión de que eso que decías de Sevillista ejemplar y tal en la dedicatoria de comunión lo decías en realidad por ti, porque, ¡tú si que lo eras!, y síguelo siendo allá por donde vayas.