Un teclado al que le faltan letras

Perdónenme señores que me emocione y me ponga serio, perdónenme por no hablar hoy de fútbol en este, mi blog.

Como bien dice una buena amiga, eso de pensar parece que despeina, pero, aprovechando que ahora tiene uno poco pelo, ayer me dio por volver a pensar.

Si yo ayer pense, muchos al leerme estarán pensando eso de "ya está este con sus moñerías otra vez", pero, en realidad no se cómo expresarlo, Digámoslo en plan como si a este teclado, que es igual quel tuyo, le faltasen letras...

Que a un teclado le falten letras quizás no tenga nada de especial, a simple vista, pero, si les digo que noto como en el mío se empieza a notar esa ausencia, quizás resulte peligroso.

Faltan letras para poder expresar lo que ha hecho siempre la familia por mi, que es verdad que casi nunca tengo la oportunidad de nombrarles, pero ellos son los primeros a los que les debo agradecer que, a día de hoy, pueda decir que falten letras.

Faltan letras por Arroyo de la Plata, aquella aldea donde he veraneado desde "chiquetito" y que, precisamente, no destaca porque allí haya muchos "letrados" (digámoslo así), pero lo que sí hay son grandes amigos que siempre lo han dado todo y han hecho del que os escribe algo más dentro de lo poco que soy.

Faltan letras también para expresar lo que ofrece el mundo del periodismo y esa generación de futuros comunicadores de entre 91/92, una generación que también ha hecho que me de cuenta de dónde estoy, quién soy y a qué vengo.

Si faltan letras para esto, imagínense ya para describir a cada una de las personas que, como yo, tienen la oportunidad de expresarse libremente mediante un blog o mediante un simple tweet, otra familia por la cual mi teclado se deteriora cada vez más, gracias a Dios.

Ya se lo decía a algunos, como por ejemplo a Mayte, Pili, Selu, Marta, el Papi, Juan Ángel incluso a Rafa y a Santi alguna vez junto a otros muchos que saben perfectamente quienes son y que no quiero dejar tampoco en el olvido, con aquello de que "me quedo corto", y es que no es nada más lejos de la realidad. Tanto por estos últimos, como por los anteriormente mencionados a modo genneral, siento que el teclado se queda vacío para describir lo que esto significa.

También pueden faltar letras, y camino, para describir esas "hostias" que, siempre desde el cariño, me intenta dar un tal Alexis por ahí, pero que nunca llega a cumplir con su objetivo. Por eso, amigo Alexis, termino hoy diciendo (aunque se me pueda llamar moña) inspirado en esa canción del gol norte "cuando te falte la voz canta con el corazón", que aunque sienta que las letras de mi teclado se desgastan, hay algo que, a no ser que le entre algo malo (Dios no lo quiera), no sufrirá ningún desgaste como pueden sufrir las teclas y cada día irá a más, para uno y para todos a la vez. Algo que no es otra cosa que el corazón.

Perdónenme señores por no hablar hoy de fútbol, perdónenme cada uno de ustedes por enseñarles, ofrecerles y entregarles todo de mi con mucho gusto.

Un teclado al que le faltan letras.